domingo, 17 de febrero de 2008

NO A LA METAFORA (I)

Escribir es fácil, sólo tienes que poner una palabra detrás de otra, cualquiera puede ser escritor... O algo así decía Bukowski en
Factotum . Pero esta no es una entrada sobre escritores, no quiero desviarme del tema y yo soy muy dado a la desviación, en general, no me entiendan mal. Siempre llego (o quiero creer que llego) dando circuloquios ( ¿se puede decir aquí circunloquio?) En definitiva, que llego tarde. Pero esta tampoco es una entrada sobre mí, ¿ o tal vez sí?... dudar es algo tan posmoderno y a la vez tan necesario...
De lo que venía a hablar aquí es de la metáfora, hablar de la metáfora es hablar del hombre porque es hablar de leguaje. Un tema que tal vez se me quede demasiado grande, pero para el que al menos estoy legitimado, en cuanto a mi condición de ser humano, me refiero. Aunque algunos y algunas dudarían de mi supuesta humanidad.

Mmmmmmm (onomatopeya reflexiva) ¿no os resulta fascinante? millones de años de mutaciones azarosas y heme aquí, tecleando frente al ordenador. Y tú ahí, homínido, leyendo esto, decodificando signos, interpretando datos... Mientras, por el camino, el salto al cualitativo de la biología a la conciencia, de una idea hasta poder llegar a decir cual primate parlachín, por ejemplo: "pongo a dios por testigo que jamás volveré a pasar hambre". Pero esta no es una entrada sobre lo divino, esta es, por-si-nadie-se-había-dado-cuenta, una entrada sobre lo humano, o sea sobre la metáfora:

sobre esa cruz

sobre Coca-Cola

sobre Psoe

sobre esta palabra

Lo que venía a decir antes de que se me aburran y el tiempo es, ojo a la metáfora, ORO. Es que los nuevos mutantes ya están tardando demasiado. Lo que quería decir es: Sí a la telepatía, NO a la metáfora!!

lunes, 11 de febrero de 2008

COLD HEART OF STONE

Estos días de falsa calma... De primavera en invierno, me abrazo a las rutinas del alcohol del fin de semana al dvd de entre semana. No pienso mucho en el futuro y el pasado es tan cansado... Repaso los temas de lo que podría hablar aquí. Analizo los carteleles de los candidatos con la avidez de un psicoanalista. Desconfío de los adalides de la salvación como cual misántropo. Esquivo cuchillos. Abro cajones. Como yogures de limón. Me duermo por las tardes con la voz de Frank Black en mi auriculares y trato de no pensar en nada comparado a tu frío corazón de piedra.

jueves, 7 de febrero de 2008

Qué te cuentas...

Estudiaba 1º o 2º de EGB, un compañero de pupitre me contó que cuando murió su padre (¿o era su madre?) su hermana y su padre o madre se pusieron a llorar al difunto sobre la cama, que él fingió que también lloraba.

En la facultad, un amigo me contó que acogieron en su casa a un familiar gravemente enfermo que vivía en la indigencia. Cuando se recuperó cambió una nota de despedida por el dinero que su padre tenía guardado para la vacaciones y que él solo sabía donde estaba...

En una fábrica del extrarradio londinense, alrededor del fin de siglo, un compañero de trabajo me contó que salió de Albania rumbo a Italia en una motora con doble fondo lleno de hachís, que cuando estaba próximos a la costa los caravinieri del mar se colocaron para cortarles el paso y que el piloto aceleró dispuesto a estrellarse... Me dijó que menos mal que se apartaron, que nunca más, que se le pusieron de corbata.

En un caro, ruinoso y céntrico piso madrileño una compañera que venía de Tokio, me contó que en la ciudad donde vivía hay unas tiendas donde venden ropa interior usada. Que una puede ir ahí a que le compren la suya y que cuanto más sucia esté más le dan por ella.

martes, 5 de febrero de 2008

EL DIA EN QUE MURIÓ ALDOUS HUXLEY




Aldous Huxley
que hizó los primeros experimentos con LSD influenciando el interes popular por el LSD, nunca perdió la fé en el valor de las drogas psiquedélicas. El día en que murió en Kansas en 1963, Huxley le pidió a su segunda esposa Laura que le inyectase LSD.

Laura: Fué el mismo día en que el presidente Kennedy fue asesinado. Nosotros estabamos justo aquí en esta habitación... Él se estaba debilitando cada vez más y me dijo dame un trozo muy grande de papel y escribió 100 microgramos de penicilina intermuscular...
En un determinado momento tuvé la impresión de que sería necesaria una segunda inyección así que se lo pregunté... Durante 4-5 horas no tuvo ni el más mínimo desasosiego ni ninguna sacudida. Estaba muy, muy tranquilo, como una música que se hace cada vez menos audible, yendose, desvaneciendose. .. No tuvo ninguna sacudida cuando murió, simplemente dejó de respirar con una expresión muy bella en el rostro.